El rebote (baloncesto o básquetbol) se
indica como toda acción en procura del balón después que ha rebotado
en el tablero y/o en el aro. A mayor cantidad de rebotes, más
posibilidades de control de la pelota y por ende más oportunidades
de encestar.
El rebote es importante no sólo para la
defensa sino también en el ataque. En la defensa resta oportunidades
de lanzamiento al adversario y en el ataque permite remeter con
nuevos lanzamientos. La posición de rebote exige equilibrio y
coordinación: el jugador se coloca con pies separados, rodillas
ligeramente flexionadas y caderas un poco abajo; codos separados a
la altura de los hombros, con antebrazos hacia arriba y paralelos
al cuerpo. El cuerpo se inclina ligeramente hacia adelante con las
palmas de las manos hacia el aro y los dedos separados. Desde allí
el jugador salta lo más posible llevando las manos hacia arriba
manteniendo codos y piernas separaos, descendiendo con la pelota
protegida.
El rebote defensivo se utiliza para evitar
los tiros contrarios y ganar la posesión de la pelota en el propio
tablero. El jugador se coloca entre el aro y el adversario,
bloqueándolo con codos abiertos y moviéndose con anticipación a la
jugada. La posición inicial es cuerpo agachado, brazos flexionados y
separados, codos hacia afuera, piernas flexionadas y la mirada en
la pelota. Desde allí salta extendiendo los brazos y separando los
dedos para agarrar la pelota. En el salto el cuerpo se inclina un
poco hacia adelante y las piernas se separan levemente. Igual que
en el caso anterior, son importantes el tiempo del salto y el
equilibrio. La pelota se agarra con ambas manos. Al caer, las
piernas se flexionan, pies separados para mayor estabilidad, codos
separados para asegurar el rebote. En este tipo de rebote es
importante buscar la pelota y en caso de no poder alcanzarla el
jugador puede golpearla hacia afuera. Cuando la alcanza, la protege
acercándola al pecho. Una vez en control del balón, el defensa
deberá alejarlo rápidamente del tablero.
El rebote ofensivo puede hacerse con una o
ambas manos, desde la cancha o saltando, con un toque o con un
simple tiro de contacto. En el caso de un tiro de contacto, la
pelota luego de quedar unos instantes entre la punta de los dedos,
se impulsa con un suave movimiento de muñecas y dedos hacia un
punto del aro.
Se aconseja en este tipo de rebotes no
saltar sobre el defensa.